Hemos hablado en esta web bastante sobre como el Kratom puede ayudar a combatir la dependencia a los opiáceos clásicos. En EEUU, es un problema de tal magnitud que la dependencia a opiodes se considera una epidemia.
Si bien en España no hemos llegado a tal extremo, tener herramientas con las que ayudar a la gente con este tipo de dependencias está en el punto de mira de la comunidad científica.
Recientemente, Cornel Stanciu et al analizaron la literatura científica disponible para responder esta pregunta: ¿Ayuda el Kratom a reducir daños o es dañino en sí mismo?
Concretamente, analizaron:
- 16 estudios preclínicos (usando modelos animales)
- 25 reportes clínicos
- 10 estudios observacionales
En esta web hemos tratado este tema alguna vez, ya que parece que los estudios usando roedores muestran que los 2 principales alcaloides del Kratom, la mitraginina y la 7-hidroximitraginina, pueden ser un buen sustituto de los opiáceos clásicos, como la morfina, generando menor dependencia y tolerancia.
También Rui Yu et al (2024) analizaron posibles compuestos de origen natural para combatir adicciones y recopilaron la evidencia que avala el uso de la mitraginina para este fin.
Aunque los estudios en modelos animales son el primer paso para llevar a cabo estudios en humanos, debemos tener en cuenta sus limitaciones:
- No se puede extrapolar directamente a humanos. Necesitamos estudios en humanos que confirmen los hallazgos.
- Algunos estudios usan alcaloides puros, mientras que el Kratom es una combinación compleja de bastantes alcaloides.
- La metodología usada en casa estudio es diferente, por lo que los resultados son heterogéneos.
Estudios en humanos: pocos, con múltiples factores y muchos sesgos
Cuando hablamos de estudios en humanos, el problema no es únicamente la escasez de estos.
Al contrario que en un estudio en ratas de laboratorio en condiciones controladas, en humanos hay múltiples factores que impiden sacar conclusiones.
Uno de ellos es la politoxicomanía: hemos visto como la prensa usa de forma sensacionalista reportes de muertes asociados al consumo de Kratom, que ignoran el consumo concomitante de otras drogas. En tales casos, no es fácil señalar a una sola sustancia del fatal desenlace.
Los estudios observacionales intentan controlar diversos parámetros para llegar a conclusiones válidas, pero el equipo de Cornel ha encontrado algo muy llamativo: el sesgo.
Existen tanto estudios como encuestas a consumidores de Kratom con un sesgo muy evidente. El lobby pro-Kratom trata de vender el Kratom como una alternativa segura y eficaz a los opiáceos clásicos. En el lado opuesto, diversas instituciones prohibicionistas se enfocan en los daños que esta planta puede causar. Entre estas instituciones, la que más ruido ha hecho recientemente ha sido la FDA.
Kratom para tratar otras adicciones: desde el alcoholismo a la dependencia a la metanfetamina
Existe evidencia sobre la capacidad del Kratom para tratar el alcoholismo. Si estás interesado/a en esta cuestión, que dejamos un artículo dónde recopilamos la evidencia disponible.
Así mismo, el Kratom se ha usado para combatir la adicción a estimulantes como la metanfetamina. Se han llevado a cabo entrevistas con toxicómanos que lo han usado con este fin para comprender su potencial.
En definitiva: necesitamos ensayos clínicos en humanos
Para combatir la actual crisis de los opioides, necesitamos saber si el Kratom es seguro y eficaz en comparación a los opioides comunes.
A pesar de la evidencia disponible, que señala el potencial del Kratom para tratar adicciones, necesitamos ensayos clínicos en humanos. Estos ensayos requieren financiación, y el Kratom al ser una planta no es patentable. Este puede ser uno de los motivos por los que aún no existen tales estudios. La única forma de llevarlos a cabo es con dinero público. Es probable que una farmacéutica solo quiera embarcase en dicha aventura si lo hace con algún extracto o alcaloide modificado que permita patentarlo y obtener beneficios.